Creo firmemente que vivir es un itinerario hacia uno mismo, hacia la persona que nacimos para ser. En este blog se habla sobre literatura y se recrean encuentros con personas que me ayudaron a ser el camino que soy y que viven otra existencia aparte aquí conmigo, como talismanes contra el desamparo. Algunas de ellas son conocidas; otras, apenas siluetas tras la cortina de humo del tiempo; las menos, figuras que pueblan la realidad de mi imaginación; todas fundamentales.

sábado, 25 de abril de 2015

Difusas nociones para huir a través de una mirada



Cuando Félix Luis Viera publicó su volumen de cuentos Precio del amor, en 1990, dejó una nota de singularidad en la narrativa cubana. Ajeno al fuerte y directo acento social que por la época predominaba en la cuentística de la isla, Viera prefería explorar en los textos de este libro ciertas agonías humanas, algunas insólitas rutas del deseo y, sobre todo, los costos de vivir.

La edición definitiva del volumen, a cargo ahora de Alexandria Library en Miami, nos vuelve a una antigua evidencia: decir que su tema es el amor resulta poco decir. Los ocho cuentos giran en torno a la atracción sexual y a las idealizaciones del ser femenino como formas de escape, como una huida desesperada del varón hacia la hembra-enigma, única promesa a la vista para conjurar los riesgos de un vacío que a veces se declara y casi siempre se hace presentir. De ahí nace la sólida unidad de este libro y de ahí también su diversidad, que el autor dosifica con malicia de novelista avezado en tres partes. Veamos.

La primera se ocupa de conflictos entre parejas y emplea una narración contraída, marcada por la síntesis. Viera es aquí un maestro de la sugerencia, un experto en sembrar motivos que permiten lecturas distintas de acuerdo con la perspicacia del lector. Por ejemplo, es imposible entender la reevaluación de su matrimonio que hace el protagonista de “En tantas cosas” si no podemos definir cuál es la “impostura” de Pozo, que el narrador alude una y otra vez de manera sesgada. Ese dato trae a un primer plano la miseria humana encarnada en la relación entre Pozo y el “bicho”, al tiempo que echa otra luz sobre las decisiones del personaje protagónico.

La segunda sección, por el contrario, abre las líneas del relato, lo subjetiviza a partir de una voz narrativa pletórica de sensaciones. Los dos cuentos que la integran ocurren en Europa y sus protagonistas, cubanos en viaje temporal de trabajo al extranjero, intentan conjurar la distancia y la soledad idealizando su encuentro con una mujer que la ansiedad carga de resonancias simbólicas, como bien ejemplifica la curiosa escalera de motivos construida por el narrador de “Solo en la noche”: helado-mujer-ojos azules-mar de Cuba. El final de este cuento es, en mi opinión, la única concesión en este libro rotundo, pues la materialización del ser añorado rompe la atmósfera de idealización que sostiene al texto.

La tercera parte ejecuta otra vuelta de tuerca en la sensibilización de la realidad, que ahora roza las dimensiones del sueño. A través de un tono lírico muy preciso, cobra aliento la huida de la realidad que tiene lugar en los tres cuentos finales del libro. Lo que comienza como un diálogo de almas entre el movilizado cañero y la campesina en “Mirada”, concluye en “Circuito abierto”, narración-poema que consagra el poder del sueño, cuya circularidad puede deshacer lo imposible. Esa apuesta por escapar de una realidad mostrenca culmina en “Noemí”, la pelirroja sentada en un tren lechero cubano atestado de animales, personas sudorosas y sacos con productos agrícolas, mientras ella viaja por una razón sin sentido ganancioso: buscar posturas de rosas.

Precio del amor se inserta en la tradición del cuento realista cubano. A veces más Novás, a veces más Onelio; compartiendo no pocas preocupaciones con los cuentos que en los ochenta-noventa escribía Miguel Mejides, quizás alguien piense que el libro se desinteresa del contexto cubano para refugiarse en asuntos más intimistas. No es cierto, sin embargo. El grosero pragmatismo, la pesada inercia y la castrante agonía diaria para sobrevivir en la realidad isleña es la explicación última al porqué sus personajes se despeñan ciegos y desesperados hacia un deseo instintivo, se agarran casi suicidas de una frágil mirada, que ellos suponen fecundante, para buscar la espiritualidad que da sentido a las cosas y hace que la vida valga la pena.

Si este sólido libro de Félix Luis Viera consigue tan sugerente y sensible caracterización de la realidad social es porque mira a través del ser humano y sus contradicciones. Y como lo hace poniendo en movimiento un innato talento de escritor y un oficio literario espléndido, articula un discurso retador, una armónica apariencia de sencillez que cobija sin embargo múltiples niveles de sentido a la espera del lector creativo y sagaz. Como siempre cuando de buena literatura se trata.

Ilustración: Félix Luis Viera y el autor del texto durante la presentación de Precio del Amor en Miami, espacio La otra esquina de las palabras, Café Demetrio, el 21 de marzo de 2015. Foto de Armando Añel.

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lunes, 6 de abril de 2015

Reminiscencia de lunes No. 2: Humo



«Ah, literatura», dice el hombre mientras manosea mi resume. Y no es que decir ah, literatura en medio de un departamento de ropa femenina tenga algo especial, sino el tono y la expresión con que lo ha dicho, de seguro los que usaría para referirse al sapo que su esposa ha encontrado nadando en la taza del inodoro. Entonces, vaya usted a saber por qué, recuerdo que una vez, hace tantísimos años, el gobierno de mi país creó un género literario por decreto, y allí de pie, acosado por el aroma de la ropa interior para mujeres, me regresa en un segundo la cascada de euforia que durante décadas consagraron los escritores y los críticos a la salud de esa criatura, la periodista que en mil novecientos ochenta y cuatro me reveló su plan de escribir una novela policiaca en décimas. «Nadar a favor de la corriente es la forma más segura de ahogarse», digo como quien se descubre desnudo en medio de la vía pública, pero el hombre no me entiende y tampoco sabe qué hacer con mi resume.

Ilustración: Esencia de humo, tomado de Cocinista (http://www.cocinista.es/)