Creo firmemente que vivir es un itinerario hacia uno mismo, hacia la persona que nacimos para ser. En este blog se habla sobre literatura y se recrean encuentros con personas que me ayudaron a ser el camino que soy y que viven otra existencia aparte aquí conmigo, como talismanes contra el desamparo. Algunas de ellas son conocidas; otras, apenas siluetas tras la cortina de humo del tiempo; las menos, figuras que pueblan la realidad de mi imaginación; todas fundamentales.

domingo, 29 de julio de 2012

Diez exigencias para una rendición machista




Es difícil deponer las armas, declararse finalmente vencido, bajar los brazos y entregarse a la derrota más dulce. Quizás por eso, el veterano novio condicionó la firma del acta matrimonial al cumplimiento de diez demandas puntuales, que estuvieron a punto de infartar al sorprendido magistrado. Estas fueron sus exigencias:

1.       Es responsabilidad de la esposa bajar la basura en las mañanas. Esta es una obligación intransferible al marido. 

2.       Ninguna otra tarea de la esposa será tan importante como velar el estado de los pelos en las orejas y la nariz del marido.

3.       Bañarse diariamente nunca será una obligación, ni será exigido al marido en ningún caso o por mucho que el mismo apeste.

4.       Está totalmente prohibido a la esposa roncar por las noches, tener dolor de cabeza o alegar cansancio a la hora de acostarse.

5.       Que el marido escriba nunca será considerada una tarea inútil, que no paga las cuentas.

6.       A partir de este momento, primero está el marido, después está el marido, en tercer lugar está el marido, y solo después le tocará a Dios. ¿Los amigos? Bien, gracias.

7.       Queda totalmente prohibida la pregunta: “Mi amor, ¿y qué hiciste con el dinero que estaba en la gaveta?”

8.       Es regla divina: El televisor fue inventado para que el marido viera la pelota mientras la esposa le frota los pies.

9.       Solo hay en el mundo una cosa realmente importante: ¡la cerveza bien fría del marido!

10.   Y lo más importante: Por ninguna razón se admitirán en el futuro las discusiones en torno a quién quiere más a quién. Queda determinado, desde ahora y hasta el fin de los tiempos, que nadie sobre la tierra quiere o podrá querer a un ser como yo, marido, quiere a esta mujer.

Al final, si nos guiamos por la foto que aparece debajo, es evidente que el hombrín firmó. ¿Habrá aceptado la bella novia el pliego de demandas? Fue el 27 de julio de 2012, un día tan bueno como otro cualquiera para reconocer la capitulación.


5 comentarios:

  1. Jaaaaaa.... Felicitaciones Capitulado.
    La mía fue hace menos de un año y en la firma exigimos la lectura de deberes y derechos; y te aseguro que da miedo ver la cantidad de obligaciones que tenemos!!!

    Pero bue....Espero que la bella novia haya aceptado tus demandas.

    Un abrazo grande a los dos.

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  2. Yo creo que esto se agregará al Código Matrimonial pero no sé de dónde ni cuando. Un abrazo. Saludos.
    Alberto Lauro

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  3. ESPERA, ESPERA, A VER PEPITO Y TU NO TE HABIAS CASADO CON ESA MUCHACHA???? OH OH "PEQUEÑO" TRAVIESO, CUANDO VAS A MADURAR? Y POR FAVOR CON ESOS MANDAMIENTOS TE CUELGO POR LOS PIES. Y DIOS SIEMPRE ESTARA PRIMERO QUE TU. DIOS TE BENDIGA. MARTA.

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  4. Yo creo que esas ideas machistas serán derrocadas, serán solo un pataleo más de un humano que en una de sus vidas sobre esta tierra dejará de ser "hombre". Mejor poner en tinta las "capitulaciones" que en verdad sostendrán esa unión, mis mejores deseos, muchas felicidades y espero vernos pronto!! :D

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  5. Coj..., compadre, ya no me sirven esos mandamientos. Si trato de aplicarlos ahora me va peor.
    Si dejo la basura en la casa, posiblemente la encuentre en el plato al retornar del trabajo.
    Si intento que me corten los pelos, me pueden amputar la oreja, la nariz, los gu…
    Si no me baño, duermo con el perro.
    Ya no me molesta el ronquido ni las quejas, ni las patadas dizque por sueños malos.
    Si me pongo a escribir sin cumplir los deberes de la casa, no me dan cena.
    Ah, sí, ¿cómo no? Después de 28 años, primero está ella, después está ella, en tercer lugar ella y después la suegra, los amigos, vecinos… ¿Y yo? Bien, ¿y tú?
    Yo no pregunto por el dinero de la gaveta, nunca hay. El día del cobro tengo que entregarlo todo a la matrona.
    ¿Televisor? ¿Pelota? Ya sé mi deber: masaje en los pies mientras ella ve LAS novelas.
    ¿Cerveza? Las botellas en la cabeza duelen más que decirle a mis amigos que soy abstemio.
    Eso de las querencias está claro: cada mañana, al mediodía y en la noche, la oración comienza con “te quiero mucho”. Ah, y en las llamadas telefónicas, por supuesto.

    B Galán (El Guajiro de Matías)

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