“Los Gilles han visto al transeúnte considerable…”
Rimbaud le fils, Pierre Michon
Abro los ojos y ahí está, el transeúnte considerable, con gabán oscuro y barba sucia. Su figura es apenas distinguible en la neblina de la mañana. Enciende un cigarrillo, se apoya contra el muro al lado de su bicicleta. El transeúnte fuma y mira a lo lejos. Un gato gris se acerca. Se saludan. El transeúnte considerable se echa en su cama, que es un amasijo de colchas sucias debajo de un árbol. Cae una lluvia fina. El transeúnte considerable abre un libro, empieza a leer y en ese momento no estoy seguro si soy el que observa o el observado.
Ernesto G.
Centro Cultural Español, viernes 2 de septiembre, 7:30 p.m.
El pasado 11 de agosto, a la salida del Centro Cultural Español, alguien escuchó de pasada el siguiente diálogo entre presentado y presentador:
Fernández Pequeño: Oye, ¿y tú escribiste el libro solo?
Ernesto G.: ¡Pues claro! ¿Quién me iba a ayudar? ¿El gato Benjamín?
Fernández Pequeño: Bueno, no sé si te ayudó o te la puso difícil, pero yo creo que por ahí anda la mano de alguien más. Lo discutimos el día de la presentación...
Lo que soy yo, no falto
Información:
Los comentarios en este blog son moderados, razón por la cual no aparecen inmediatamente que usted los escribe, sino luego de la correspondiente autorización. Con esto evitamos la intervención de agentes maliciosos e indeseables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario